viernes, 4 de febrero de 2011

Piedras

En el principio de los tiempos, el espíritu de Gaia decidió dedicarse a pasear por la Tierra para poder contemplar y conversar con todos los nuevos seres creados por la naturaleza.

Ella era feliz así, observando las innumerables dádivas que les habían sido concedidas a los habitantes de aquel pequeño planeta.

Sin embargo, no todos los pobladores de aquellos lares agradecían lo que les había sido otorgado.

En uno de sus vagabundeos, Gaia se topó con un niño humano desagradable y dañino cuya única ocupación consistía en destrozar todo lo que a su paso hallaba .

Tal era su afán por devastar, que hasta a las humildes piedrecillas del camino odiaba y maltrataba.

El espíritu de Gaia, indignado, se acercó al joven y le indicó que debía respetar a todos los seres de la naturaleza, incluidas las piedras, pues todos ellos eran dones que habían sido ofrecidos a los humanos para ayudarlos en su camino hacia la perfección.

El chiquillo, se burló con grosería de Gaia y, le espetó con amargura, que nada le debía a la naturaleza y que seguiría destruyendo lo que quisiera, cuando quisiera y donde quisiera.

Entonces, el espíritu de Gaia, muy enfadado por la actitud ingrata del chico, murmuró unas palabras inaudibles para el oído humano y transformó al niño en una enorme roca gris.

Durante siglos, el pequeño vivió enfadado y maldiciendo su suerte. Lo único que podía hacer para gastar su tiempo era mirar el paisaje y observar a todos los seres que le rodeaban.

Mientras esto sucedía, su naturaleza mineral se iba desgastando por el paso del tiempo y la erosión del viento y del agua.

Al cabo de varios milenios, el ya anciano, se aburrió de quejarse continuamente y se dedicó a disfrutar de su condición de piedra.

Desde su quietud, pudo contemplar como el bosque se transformaba en desierto, y como el desierto en playa y como, de la gran roca gris que era en un principio, sólo quedaba un pequeño granito de arena, una motita de tierra, que al morir disuelta por el agua del mar, se transformó feliz en polvo de estrella.

Autor: Elena Mayorga
Título: Piedras
Obra: Cuentos y poemas para la Reflexión

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